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¿Es la digitalización una forma de innovación empresarial?

La respuesta es sí y aún podríamos ir más allá: la digitalización, actualmente, es el faro que marca tiempo y ritmo en la innovación empresarial, el factor imprescindible.

Si hablamos de innovación empresarial, nos referimos a una evolución lógica, una situación que forma parte de la historia de los negocios desde sus inicios. La innovación asegura el crecimiento y la expansión, va de la mano de la estabilidad en el mercado. Las empresas avanzan porque la lógica empresarial las impulsa a hacerlo y, de este modo, afianzan su competitividad. Así ha sido y así será.

Ahora bien, de unos años a esta parte, se ha producido un desdoblamiento de esa innovación, podríamos hablar del descubrimiento de una faceta que permanecía oculta hasta la llegada de la revolución tecnológica, nos referimos a la digitalización.

La digitalización ha supuesto para el devenir acostumbrado de la actividad empresarial un auténtico tsunami, un huracán que ha tocado tierra sin rebajarse a tormenta tropical y que, a diferencia de los verdaderos huracanes, lejos de destruir, es una fuente que genera recursos, crecimiento y beneficios. Eso sí, siempre que la inercia no lastre el impulso necesario para asumir el cambio o, si nos vamos al otro extremo, que no nos lancemos en parapente al corazón del huracán porque nos parezca que, de ese modo, iremos más rápido que el resto, en la cresta de la ola de ese tsunami que no estamos preparados para cabalgar.

La digitalización empresarial es una auténtica transformación, no es una exageración hablar de revolución. Se trata de un salto cualitativo y cuantitativo que está cambiando la forma de ver el mundo, de desarrollar estrategias de trabajo y de proyectar relaciones laborales y personales en el seno de la empresa.

Por supuesto que se trata de una innovación pero el concepto se queda corto, corto y obsoleto, porque ninguna de las innovaciones que se han producido a lo largo de la historia en el mundo empresarial es comparable con la digitalización.

De la misma manera que ninguna empresa que decida quedarse fuera de este nuevo escenario digital podrá sobrevivir si no es en un universo paralelo en el que la tecnología siga en el terreno de la ciencia ficción. Hay que despertarse y hay que hacerlo bien.

La digitalización es un concepto enorme, tanto por lo que evoca como por lo que realmente contiene y, aún más importante, por la velocidad a la que se mueve, adelante, siempre adelante.

Y ese movimiento constante ha llegado a la puerta de su empresa. Suerte que usted la estaba esperando y la primera sorpresa ha quedado amortiguada, la primera ¿y ahora qué? ¿Qué cabe esperar? ¿Qué hay que hacer? ¿Qué significa realmente para su empresa el término digitalización?

¿Bastará con digitalizar el departamento de marketing? Porque esto de la digitalización, ¿para qué sirve realmente?

Seguramente habrá oído hablar de software de gestión para optimizar el trabajo y estará deseando implementarlo para, por fin estar “dentro” de la nueva era tecnológica. Bien pensado, desde luego un software de gestión será un recurso valioso en su negocio. ¿Qué me dice del resto de elementos que conforman su empresa? Y una cosa más, estar “dentro” no significa garantía de permanencia, el huracán pasará a tormenta tropical y quizá, en ocasiones, el viento sople con suavidad, pero no se engañe, ese viento ya no va a parar, se trata de un proceso continuo y en constante movimiento y renovación. Y cuanto antes, y en más departamentos, se de el primer paso, mejor.

Insistimos, sin precipitarse. Curiosamente la precipitación no encaja en este proyecto dinámico. Por muy rápidas que vayan a ir las cosas, le aseguramos que el vértigo se siente, solo, al mirar el proceso desde fuera y que la templanza y la reflexión deben formar parte del equipaje.

Porque cuando se lleva a cabo un proceso reflexivo para diseñar la gestión de una empresa digitalizada; cuando se calculan la necesidad de recursos tecnológicos y la optimización de los mismos; cuando se comprende que el futuro requiere el desarrollo de servicios personalizados y que hay tecnología para desarrollarlos; cuando se descubre que la formación del personal es absolutamente tan necesaria como la implementación de las herramientas digitales precisas; cuando, en fin, uno, sin estar “dentro” ya se asoma con naturalidad porque empieza a entender la dinámica de funcionamiento, en esos momentos, el vértigo empieza a desaparecer y acaba por disolverse. Ya no cabe.

¿Recuerda esos libros para visualizar imágenes en 3D que estuvieron de moda hace unos años? Costaba entrar pero, una vez dentro, podíamos pasear nuestra vista por todo el dibujo y en todas direcciones sin apenas mover los párpados, conseguíamos entrar en otra dimensión sin despeinarnos y llevando toda nuestra vida acostumbrados a dos sencillas dimensiones con las que, más o menos, nos defendíamos e íbamos consiguiendo nuestros objetivos.

Salvando distancias, la digitalización es algo parecido, una innovación empresarial sin precedentes, un salto hacia adelante para catapultar su empresa hacia un futuro en aceleración constante. Eso sí, los programadores de ese viaje, los compañeros y los límites, si los hay, los sigue definiendo usted.

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