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¿Podemos decir que empresa es, hoy en día, igual a digitalización?

Para poder dar una respuesta real a una pregunta que, a primera vista, puede parecer sencilla, es mejor empezar por el principio y ser tan breves como concisos.

¿Qué es la digitalización?

Seamos claros. La digitalización es el proceso en el que estamos embarcados todos y cada uno de nosotros y es, a la vez, causa y consecuencia de la transformación tecnológica en la que, casi todos, estamos dando los primeros pasos.

Vivimos en la era digital y si una empresa no se adapta a la digitalización y no es capaz de convertir el proceso de cambio en una ventaja, sencillamente, desaparecerá, como empresa, claro, porque, asumámoslo, una empresa no digitalizada no sobrevivirá en un escenario en constante evolución tecnológica.

Hasta aquí puede parecer que el futuro se piensa en clave tremendista, no es así, se trata más bien de un tono realista, el pasado ya no existe y el futuro es digital. Para comprobarlo, siempre existe la posibilidad de comparar, de pararse, de mirar atrás pero con cuidado, no sería muy deseable pasarse en la nostalgia y convertirse en una suerte de estatua de sal del siglo XXI.

Si hay una mirada al pasado, que sea para tomar impulso, porque por muy complejo que pueda parecer el proceso de digitalización, las ventajas que ofrece en la organización y gestión de la empresa hacen que se difumine toda la niebla apenas unos días después de poner en funcionamiento el nuevo modelo.

Es cierto que en el mercado hay mucha información referente a los procesos de digitalización y que mucha de esa información está sobrecargada de fatalismo ante una tecnología que, supuestamente, va a desbordar a la empresas que han de asumir el nuevo horizonte tecnológico, que va a suponer un desembolso económico casi inasumible, que va a acarrear la perdida de puestos de trabajo o que … será mejor informarse y contrastar información, porque la digitalización ya está aquí y no se le puede cerrar la puerta en las narices, sería tirar piedras al propio tejado porque ella tiene la llave del progreso.

Ya estamos en ese momento en que la respuesta a la pregunta inicial va tomando forma, ese momento en el que se empieza ver que, efectivamente, empresa es sinónimo de digitalización, pero, ¿De qué proceso?, ¿Qué tipo de empresa?, ¿Qué departamentos?, ¿En qué plazo? , ¿Con qué objetivos?

Tras esta serie de interrogantes, a lo más que alcanzamos sin temor de cometer un error, es a afirmar con absoluta convicción que cada empresa tiene su propio proceso de digitalización porque no existe obligación alguna de digitalizarlo todo de golpe, ni siquiera a medio plazo.

La digitalización es una herramienta asombrosa y eficiente que puede estar presente en todos los procesos empresariales, es más, como decíamos antes, debe estar presente en muchos de ellos, entre otras cosas, porque los usuarios ya están funcionando con tecnología digital. Los clientes se mueven en el mundo digital, cada vez con más soltura, como si llevaran haciéndolo toda la vida, sus expectativas se han multiplicado y exigen una dinámica de funcionamiento digital.

Se han acostumbrado a un ritmo concreto, piensan en modo digital, esperan un trato personalizado que solo se puede ofrecer a una cartera de clientes a través de la digitalización, contando, por ejemplo, con un software de gestión personalizada que permita tratar a cada cliente de forma exclusiva y singular a lo largo de todo el proceso de prestación de servicio y más allá porque será puntualmente informado de cualquier novedad que pueda ser de su interés.

Eso, o se hace con un departamento de marketing digitalizado, y la empresa entra en el juego o, sencillamente, no se puede hacer y la empresa queda fuera de la pista. Es lo que podríamos llamar una bola de partido.

 

Para llevar a cabo un proceso de digitalización para que una empresa entre en el escenario digital y sea competitiva, es preciso implementar una estrategia, un estudio fiel a la realidad, a los objetivos y a los recursos necesarios para llevar el proceso a cabo con garantías de éxito.

 

¿Podemos decir que empresa es, hoy en día, igual a digitalización? Sin meternos en discusiones semánticas, no solo podemos, sino que debemos hacerlo.

Los nuevos modelos de negocio son casi concepciones extraterrestres para la dinámica tradicional de funcionamiento de las empresas tal y como las conocíamos y el puente para dar el salto hacia ese futuro tecnológico en el que, y que nadie se llame a engaño, ya estamos viviendo, se llama digitalización.

Que cada empresa elija el estilo, material, longitud y anchura de su puente, eso forma parte de su singularidad, de su imagen de marca, pero que no dejen de construirlo o el abismo que hay debajo será tan profundo, la distancia entre orillas tan extensa y habrá tantos puentes construidos a tiempo que, quizá, ya no se pueda dar el paso de lanzar el cabo al otro lado para iniciar la construcción del propio.

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