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Digitalización de las empresas: ¿mito o realidad?

La transformación digital es una realidad, está pasando, se está viviendo y está generando un nuevo concepto de gestión, proyección y resultados. Es un hecho irrebatible.

Ahora bien ¿Esa transformación digital es igual para todas las empresas? Y la pregunta no se refiere a si todas las empresas tienen a su alcance una transformación que las incorpore al mundo de la gestión digital. La pregunta va mucho más allá y se expande en una cuestión mucho más concreta y apremiante: ¿Hasta qué punto es necesario digitalizar una empresa?

Porque en torno a la digitalización empresarial hay todo un entramado de mitos y realidades que es necesario desmontar si a lo que se aspira es a formar parte del escenario empresarial actual.

Cuando una nueva etapa, era o capítulo de la historia se pone en marcha, surgen en torno a las posibles virtudes, los naturales defectos y las presumibles ventajas e inconvenientes de la novedad, una serie de mitos y realidades que desconciertan a los interesados. Y, como se puede observar, la impactante revolución digital no iba a ser menos.

Con la transformación digital han llegado una serie de dogmas que es necesario poner en cuarentena para optimizar las ventajas de la digitalización sin caer en la atractiva trampa del primer mito: “ser pionero digital convertirá tu empresa en la mejor del sector y tus beneficios se multiplicarán”.

Se trata de un mito tan pegajoso como hipnótico que puede conducir a la necesidad, casi obsesiva, de incorporar herramientas digitales creyendo que se está acometiendo una prometedora transformación digital de la empresa. Un proceso que va a suponer un coste de gran envergadura para, probablemente, acabar comprobando que varios de los cambios incorporados, no eran necesarios.

Para confrontar ese mito con la realidad, es una buena idea que esa cuarentena sea supervisada por expertos que ya saben perfectamente que una transformación no implica un cambio absoluto, un reemplazo, una renovación total de la empresa, sino una selección de herramientas que aumentarán la eficiencia de los recursos existentes facilitando y mejorando procesos concretos de la dinámica de la empresa que va a ser digitalizada.

Un segundo mito sobre la digitalización de las empresas es el económico, que se instala en el horizonte de los empresarios como una pesadilla recurrente en la que, la duda entre llevar a cabo la inversión necesaria para la digitalización de la empresa o mantenerse con el modo de funcionamiento tradicional, provoca un estado de indecisión continuada que puede llevar al estancamiento definitivo.

En este caso, la realidad se enfrenta al mito con una seguridad que puede parecer hasta descarada porque las ventajas de una digitalización selectiva, observadas con la serenidad y la amplitud de miras que se presumen en un empresario, gana por goleada al mito de la desorbitada inversión que campa a sus anchas por las empresas desinformadas en asuntos de digitalización.

Y es que la digitalización empresarial ofrece un ahorro en costes de producción, por ejemplo en tiempo de trabajo y en gestión de recursos, que hacen realmente posible que una empresa siga compitiendo, digitalizada, en un mundo que ya funciona y se desarrolla en clave digital.

Porque, y ahí va uno de los mitos más disparatado de todos, la era digital no es un cometa que deje una hermosa cola de sueños digitales para desaparecer en su camino hacia otro punto del universo, no, la era digital no va a pasar de galaxia en galaxia y tampoco de moda porque no se trata de un modelo de coche, de estética o de pantalones.

La era digital es el nuevo escenario y de moverse, lo hace hacia adelante, como ya lo está haciendo, manteniendo un ritmo de cambio tan sostenido como imparable.

Y esa transformación digital tan atractiva, fascinante y cambiante, tampoco significa una reducción de puestos de trabajo, otro de los mitos más instalados en el imaginario colectivo. La actualidad muestra que el mercado laboral se transforma con la digitalización, eso es una realidad incontestable, pero no se contrae porque los recursos humanos siguen siendo el capital más valioso de una empresa, lo que cambia son los recursos tecnológicos, las estrategias y, lógicamente, la formación y capacitación de trabajadores en los diferentes departamentos digitalizados.

Desde el principio de los tiempos, los mitos han servido para dar explicación a fenómenos incomprensibles, a la vista está que éste no es el caso. La digitalización ya no es un fenómeno incomprensible, convivimos con ella diariamente y vemos cómo va aumentando su área de influencia.

Vivimos en la era digital y la digitalización empresarial es la manera en la que directivos y empresarios se suman a ella.

Si queremos formar parte de la realidad digital, la cuestión no es si es necesario digitalizar una empresa, la cuestión es elegir quien va a dirigir el proceso, un proceso real y específico para un proyecto concreto ceñido a unos objetivos reales en cuyo diseño los mitos, sencillamente, se caen por su propio peso.

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